The Next Prince: mucha forma, poco fondo
La serie protagonizada por Zee-NuNew es la apuesta más ambiciosa del BL tailandés.
Una de las series BL que más ha dado de qué hablar en 2025 es sin duda ‘The Next Prince’. Anunciada en 2023, esta producción de Domundi se perfilaba como una de las mejores de la industria tailandesa y lo cumplieron a cabalidad, rompiendo romper récords de audiencia como la serie tailandesa más vista en la plataforma iQIYI y de engagement en redes sociales con más de 7.5 millones de tweets en su episodio final.
Pero, ¿valió la pena la espera y la cantidad invertida en la producción, logrando destacar por encima de otras propuestas que no tuvieron el mismo presupuesto? Esta y más preguntas están resueltas acá en este post.
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✨ Zona sin spoilers ✨
La trama sigue a Khanin, un chico que desconoce su origen como miembro de la Familia Real de Assavadevathin, perteneciente a una de las cinco regiones que divide al reino de Emmaly. Sin embargo, la ley exige que se escoja un nuevo rey, y por ende los herederos de estas regiones deben competir para ganarle el trono a sus familias. Es ahí cuando a Charan, el guardia real de la familia, se le asigna la tarea de buscarlo y traerlo a cumplir su misión.
Daticos de referencia
La producción cuenta con 14 episodios disponibles en la plataforma de streaming iQIYI.
Su nombre en tailandés es ‘ข้ามฟ้าเคียงเธอ’ (A través del cielo contigo), que es el nombre de la novela del dúo CEO. ft. ENNICE que escribieron en exclusiva para la realización de la historia.
Esta es la segunda serie BL en la que Zee-NuNew son protagonistas, luego de su debut como couple en ‘Cutie Pie The Series’ en 2022.
*Puedes leer la ficha técnica completa aquí.
⚠ ¡¡Empiezan los spoilers!! ⚠
The Next Prince tenía todos los elementos para convertirse en la serie del año, pero falló estrepitosamente en el más importante.
Con 14 episodios de una hora aproximadamente, la producción contaba con todas las condiciones para desarrollar una historia que satisficiera a quienes buscaban romance pero enmarcado en un intrigante drama por la lucha al trono. En cambio, fue una serie que se sintió inconexa, apresurada y que le ponía más empeño a sus escenas de product placement que a lo que estaba pasando en la vida de sus personajes.
Pero, como siempre, vayamos por partes. Empecemos por lo que sí funcionó en esta producción: la configuración de su monarquía.
Emmaly es un reino ficticio donde se establecía una clara jerarquía, teniendo como líder al Rey Thipokbowon Assavadevathin, el abuelo de nuestro protagonista. Todo, tanto las cosas buenas como las que desencadenaron el problema central de la serie, giraba en torno a sus decisiones y a lo que sucedía con su familia.
Pero las otras familias no eran meros expectadores, pues también tenían líderes activos que añadían una sazón diferente a la historia. La primera, Bhuchongpisut, eran líderes ambiciosos que querían a través del juego sucio volver al trono como sus ancestros, con una clara subtrama enmarcada una crítica a la violencia intrafamiliar.
Por su parte, Davichmetha era la familia líder de una región donde sucedían todos los avances tecnológicos de Emmaly. El único “problema”, y lo ocasionó toda su subtrama, es que el príncipe al mando no estaba conforme con que su heredera fuera una mujer, por lo que Ava Davichmetha peleó contra el estigma de que las mujeres no pueden hacerse cargo de posiciones de poder a lo largo de la serie.
Al final, Meenanagarin era la región liderada por el príncipe Wasin, que entre otras cosas parecía desde el inicio pintar lo que fue: un tipo que parecía no matar ni una mosca, pero que en realidad estaba implicado en un complot para destruir a la familia Assavadevathin. Básicamente ingredientes que lograron hacerlo un villano que casi nadie vio venir.
A esto le sumamos la inmensa labor de la dirección de arte, que fue la verdadera estrella de la serie. Esta división se encargó de darle personalidad a cada una de las familias a través de los colores representativos de cada una, utilizados en los vestuarios, accesorios, locaciones y demás elementos que volvieron creíble el hecho de que estábamos en un reino remoto.
Y bueno, el colmo si no, si el budget final fue un estimado de 120 millones de bahts….

Otro aspecto positivo de la serie es el hecho de que, precisamente, los espectadores pudimos conocer cada una de las regiones pertenecientes a Emmaly a través de los ojos de Khanin. Esto era esencial porque esto no solo se traduce en más contextualización de este territorio ficticio, sino porque se traducía en lugares reales. En otras palabras, era una manera de vender a Tailandia a través de la ficción, como tantas otras series de su tipo que hacen parte de la llamada “Soft Power” que precisamente el protagonista menciona en su discurso en la competencia real.
Y todo esto habría sido perfecto de no ser por la falla enorme en la serie: lo superficial de su guion.
Empecemos por el hecho de que la trama en sí no era nada del otro mundo: un chico se entera de que es un príncipe de un país remoto con el que tiene poco o nada de conexión y debe pelear por el trono. ¿Cuántas veces no hemos visto este tipo de historias en medios más tradicionales? Pero el punto es que al volverse una serie BL se convertía en una novedad, lo que al mismo tiempo exigía otro tipo de tratamiento para darle más sabor al relato, con otros condimentos que lo volvieran una historia memorable.
Y eso fue lo que no sucedió.
Dejando a un lado que la historia fue, por momentos, muy predecible, también careció de fuerza durante varios tramos. Incluso teniendo momentos de alta tensión dramática, estos no fueron dirigidos de la mejor manera llegando a parecer casi de caricatura, lo cuál le quitaba la seriedad a una serie cuyo género predominante no era la comedia.
Por otro lado, tuvo tantas subtramas dentro de ella que algunas fueron desarrolladas de manera torpe y ni siquiera finalizadas. Por ejemplo, la motivación de Khanin, quien solo había entrado al juego de la conquista del trono para descubrir el posible “asesino” de su padre, parecía mermar conforme pasaban los capítulos. De hecho, entre más avanzaba la historia entre Nin y Charan, más parecía diluirse ese interés —al menos del lado del príncipe.
Que si, que a todxs se nos olvidan los problemas cuando estamos enamoradxs, pero padre es uno, ¿o no?
Por eso, al final de la historia, me quedó la sensación de que esa y más subtramas, que tenía mayor peso protagónico al inicio de la historia, no fueron aprovechadas en lo absoluto. En el caso del padre de Khanin, no hubo un reencuentro memorable, ni una charla sentida teniendo en cuenta de que fue el motivo por el que la trama empezó a andar. Eso sí, el hecho de que haya sido él quien destapó las fechorías de Wasin fue un acierto.
Y es que precisamente esto de las subtramas nos lleva a cuestionar la utilización del tiempo en pantalla. Teniendo la cantidad de capítulos y la duración de estos a favor, no es excusa para el desarrollo pobre de personajes (y parejas), que ni siquiera pudieron tener un cierre satisfactorio. Ava, mi querida Ava, tú merecías mucho más *llora*.

Aquí voy a pedir licencia para rantear un poco sobre el personaje del Rey, quien durante toda la serie parecía ser un personaje interesante, ni claro ni oscuro sino lleno de un montón de matices. Su fuerza radicaba en ser tanto una vía como un obstáculo tanto para el protagonista, como para los demás personajes, entendiéndose como el ser que manejaba los hilos en la historia. En cambio, al final intentaron darle una redención innecesaria que con justa razón no llegó a los corazones de lxs espectadores, pues ni siquiera tuvo tiempo de pagar por sus pecados.
También, siguiendo con el punto del Rey, me dio la impresión de que lxs guionistas no supieron cómo darle cierre a todos sus actos, en especial el que concernía a la mina y la contaminación del aire en la ciudad. Es decir, fue lamentable que, teniendo en cuenta que la protesta fue una parte fundamental del desenlace de la serie, las acciones tomadas por los entes competentes no hayan sido documentados en la producción.
Finalmente, habrán notado que no usé ningún párrafo para hablar sobre la (¿o las?) historia de amor, que al final de cuentas era el fuerte del BL. Y es que considero que con Zee-NuNew está de más hacerlo, quienes a mi parecer hicieron de The Next Prince una producción disfrutable dentro de todo. Ambos caracterizaron de buena manera a sus personajes, siendo que eran de cierto modo diferentes a los que ya habíamos visto en Cutie Pie.
Pero esto, al mismo tiempo, me deja un sinsabor en la boca. Sin duda no es una mala producción, pero todo lo que construyeron con ayuda del marketing y el hype desde su anuncio lo destruyeron con el poco detalle que hubo en la confección del guion. Ahora es tu turno. ¿Crees que The Next Prince falló en darnos ese plus para justificar su presupuesto, o estás conforme con la serie? Déjame tu comentario.
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📽 ¿Se ve en HD o escucho borroso?
Este es, sin lugar a dudas, el apartado donde más destaca The Next Prince. La serie BL no solo es visualmente es atractiva, con locaciones majestuosas y un diseño de vestuario que atrapa desde el primer instante, sino que además tiene una banda sonora que cualquier serie actual envidiaría.

Y es que aunque nada de esto puede compensar el flojo guion de la serie, sí que lo vuelve una producción perfecta para disfrutar de una fotografía cuidada, en especial si eres fanáticx de series de royals —o en su defecto, fan de alguna de las parejas de la serie. Eso sí, la edición fue uno de los puntos más débiles de este apartado, no solo por cortes abruptos en algunas ocasiones, sino por el arreglo de secuencias que parecían no ser coherentes entre sí.
Si quieres saber más sobre su producción, mira este documental que muestra el detrás de escenas de la serie que incluye entrevista a los protagonistas.
👀 Nada es lo que parece
Creo que no hace falta hacer malabares para saber que The Next Prince es una serie que mostró crítica social. A través de episodios ficticios, la producción sentó su posición sobre aspectos como la violencia intrafamiliar, la misoginia y la democracia, que entre otras cosas entiendo que es un tema complejo y hasta peligroso de tratar en una monarquía constitucional como Tailandia.
Pero, si bien hablar de estos temas en una pieza masiva como esta serie BL es un gran paso y ayuda a educar a lxs espectadores, siento que la manera en que lo hicieron pudo haber sido contraproducente. Al final, Ramil (quien era golpeado por su padre) no tuvo su catársis tan visible dentro de los capítulos, mientras que Ava (quien fue puesta en duda por todas las personas, incluyendo a su propio padre) tuvo que haber sido relegada a un papel menor por el bien de la trama.
En este apartado (y un poco a regañadientes) me quedo con la voluntad de ambos por no quedarse estancados en los juegos de sus padres, quienes hasta el último minuto no les importaba otra cosa sino el poder. Al final, con sus acciones los príncipes demostraron que no querían ser marionetas y que les importaba más vivir sus vidas de manera libre que cualquier beneficio que el trono les pudiera ofrecer.
Y aquí llegamos al final de este newsletter. ¡Gracias por leer!
Pero antes de que te vayas…
Si quieres explorar otra serie BL tailandesa, te recomendamos este post que habla sobre ThamePo The Series y su cinematografía.
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